Con el homicidio del alcalde de Petatlán, Guerrero, Arturo Gómez Pérez, se igualó el récord de presidentes municipales asesinados en 12 meses, y si se considera el asesinato del edil electo en Hidalgotitlán,Veracruz, Santana Cruz Bahena, 2017 ya se convirtió en el año más violento contra dichos funcionarios.

La medianoche del jueves, el alcalde de Petatlán fue atacado cuando se encontraba conviviendo con unos amigos en una pozolería de su municipio, en la Costa Grande de Guerrero.

De acuerdo con la versión de los testigos, el alcalde se encontraba en la pozolería Casa Vieja, y al lugar llegó una persona que disparó en su contra, hiriéndolo de gravedad.

Gómez Pérez fue trasladado a un hospital para recibir atención médica, pero debido a la gravedad de las heridas murió una hora después del ataque.

El alcalde fue priista y posteriormente se integró a las filas del PRD. Era muy cercano al senador con licencia Armando Ríos Piter, y formó parte del grupo Jaguar cuando el ahora precandidato independiente a la Presidencia buscaba la gubernatura de Guerrero.

De acuerdo con la versión de sus amigos, Gómez Perez buscaría ser reelecto como alcalde de Petatlán.

Víctimas de la delincuencia

Entre 2013 y 2017, 27 presidentes municipales en funciones fueron asesinados a manos del crimen organizado, algunos vinculados a la delincuencia y otros tratando de erradicarla.

Durante 2013, ocho alcaldes perdieron la vida; en 2014, dos ediles; en el transcurso de 2015 dos más se sumaron a la lista; en 2016, seis presidentes municipales perdieron la vida en manos del crimen organizado; para 2017 la cifra se elevo a nueve alcaldes.

“Éste es el año de mayor violencia de los últimos años, lo que es un terrible problema es que dentro de las investigaciones, ya sea de funcionarios públicos o en este caso de alcaldes, no se diga realmente cuál era el vínculo, porque habrá algunos que en algún momento determinado trabajaron para algún tipo de organización prestando x o y tipo de tipo de ayuda, ésta es una vertiente.

“La otra vertiente es que algunos, no sabemos cuántos en realidad, se opusieron a las organizaciones delictivas que actuaban en sus municipios, entonces aquí el problema es que la autoridad misma no puede decir cuál es la relación que pudieran tener con el narcotráfico o si fueron realmente privados de la vida buscando no caer en la delincuencia organizada”, señaló Martín Barrón, criminólogo del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

La Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC) elaboró un documento que toma en cuenta la incidencia criminal para conocer el nivel de peligro que hay para los presidentes municipales en el país.

El diagnóstico identificó a los estados de riesgo tomando en cuenta los homicidios de exalcaldes, alcaldes en funciones y alcaldes electos. Para ello, se clasificó el mapa nacional en cuatro zonas que corresponden al nivel de peligro.

La zona A es considerada la de mayor riesgo, e incluye a Durango, Michoacán, Oaxaca y Veracruz.

La zona B es de riesgo. En ésta fueron incluidos los estados de Guerrero, Estado de México, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas y Tabasco.

La zona C es de riesgo moderado. Aquí se ubican Morelos, Coahuila, Jalisco, Puebla, San Luis Potosí y Zacatecas.

La zona D no representa riesgo. Las entidades que pertenecen a esta zona son: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Hidalgo, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Yucatán.

De los 27 alcaldes que han fallecido en lo que va del sexenio, el estado con mayor incidencia es Oaxaca, donde siete ediles fueron víctimas.

A la lista le sigue el estado de Puebla con cuatro muertos, mientras que en Michoacán y Veracruz, tres se sumaron a la lista en cada estado.

Con información de Excelsior

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