La desintegración familiar, la ausencia de una figura paterna o materna, aunado a la falta de políticas públicas enfocadas en menores de edad en México, ha generado un caldo de cultivo de violencia entre niñas, niños y jóvenes que es aprovechado por el crimen organizado para tenerlos en sus filas, lo que ha generado un incremento de muertes de menores de edad del 2015 a la fecha.

Algunos grupos del crimen organizado como Los Ardillos, Los Rojos, Guerreros Unidos, Cártel del Golfo, Jalisco Nueva Generación, Pacífico, Noreste y la Nueva Familia Michoacana utilizan a menores de edad para sus actividades ilícitas, lo que genera que se hayan disparado las cifras de ejecuciones en los últimos años de menores.

 

 

Estadísticas del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública (SESP) en 2015 registraron en el país 767 homicidios contra menores de edad; es decir, se tenía un saldo diario de 2 niños asesinados. En 2017 se registraron mil 132 muertes violentas, la mayoría por arma de fuego contra menores de edad, generando 3.1 muertes al día de niñas y niños.

En 2018 las cifras se incrementaron a mil 252, es decir, 3.4 menores por día. Sin embargo, de enero a septiembre de 2019 fueron ejecutados 796 niñas, niños y adolescentes en el país, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); 653 de género masculino y 143 de género femenino. De esas cifras, Guanajuato, Edomex y Chihuahua encabezan la lista con 98, 87 y 60, respectivamente. Ocho de cada 10 fueron con arma de fuego.

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