Redacción Vanguardia – México.- A la voz de “todos contra todos”, y por más que sus militantes han tratado de lavar su ropa sucia en casa, las diferencias son inocultables y la crisis intestina del Partido Acción Nacional se evidencia en todos los niveles, igual en el ámbito nacional, que en el de la política coahuilense.

El “fuego amigo” en el PAN es incontrolable, evidentemente porque tras la pérdida de la Presidencia de la República, el partido no ha sabido reagruparse y enfrentar su nueva realidad.

En Coahuila, ayer el exregidor de Torreón, Rodolfo Walss Aurioles, dijo que su partido solo recuperará credibilidad, si denuncia el enriquecimiento inexplicable de algunos de sus miembros.

Walss Aurioles declaró que el diputado federal Guillermo Anaya Llamas, así como el senador Luis Fernando Salazar, son para el PAN lo que Javier Villarreal es para el PRI.

“Somos muchos los miembros del partido que vemos con tristeza y hasta desesperación, el descrédito que tiene el PAN en los sectores que antes lo apoyaban incondicionalmente”, dijo.

Anaya Llamas y Salazar, respondieron con comunicados en los que anuncian que demandarán a Walss “por daño moral y difamación, acudiendo los tribunales para proceder legalmente”.

Los legisladores, sin embargo, minimizan a su correligionario, y aseguran que no se distraerán “en atender a disparates y rabietas que sólo obedecen a la frustración e intereses personales”.

Trascendió, también, que el exalcalde Rosendo Villarreal, entregó a su dirigencia una lista de militantes que, considera, no han actuado como se espera de los miembros del partido.

Con ello, se abre otro frente en el PAN Coahuila que debe prepararse para la elección de Diputados locales en julio próximo, pero por ahora no da muestras de unidad.

Y en el País…

La elección del líder nacional albiazul no enseña una mejor cara del partido. Los candidatos Gustavo Madero y Ernesto Cordero han polarizado sus posiciones, al grado de dividir al PAN.

Recientemente ha surgido información de casos de corrupción detectados en el gobierno del Felipe Calderón, como Oceanografía, Caminos y Puentes Federales y construcción de carreteras.

Así, José Guadalupe Tarcisio Rodríguez Martínez, exsecretario particular del expresidente Calderón, es señalado como responsable pedir cuota económica a los constructores a cambio de adjudicaciones directas, durante su paso como director de Capufe y por lo cual está abierta una investigación en la PGR.

En 2008, cuando Rodríguez Martínez era funcionario de SCT, le tocó encabezar la salida de la delegada, Alejandrina Martínez Macías –asesinada después en su casa de Saltillo- para que su relevo tomara posesión en la oficina de Coahuila.

La Auditoría Superior de la Federación observó en la Cuenta Pública 2012 irregularidades en el proyecto carretero Durango-Mazatlán, donde se registró un sobrecosto del 30 por ciento.

Es general, también, la exigencia de que se castigue la corrupción en el caso Oceanografía, recordando que fue en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón cuando esta empresa creció, al amparo de los favores que le hicieron los funcionarios panistas en diferentes entidades públicas. (Agencias)

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