Menos de cinco horas bastaron al Senado mexicano para recibir y aprobar este martes la ley que busca combatir la violencia en los estadios, a través de penas de cárcel y de la creación de un padrón para identificar a los aficionados violentos.

Al ser avalada sin cambios respecto de lo que había aprobado la Cámara de Diputados el jueves pasado, la reforma a la Ley General de Cultura Física y Deporte fue enviada al presidente Enrique Peña Nieto para que la promulgue.

Durante la sesión, senadores que revisaron el tema justificaron la rapidez del proceso argumentando que la ley busca resolver un problema «urgente» en el país.

«El día de hoy estamos legislando correctamente y atendiendo un reclamo», dijo en tribuna el senador Raúl Gracia, militante del Partido Acción Nacional (PAN) y presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, Primera.

«La violencia ha secuestrado a los estadios de futbol. Desafortunadamente se está convirtiendo en un problema de seguridad pública», señaló en su turno la senadora Lilia Merodio, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y secretaria de la Comisión de Juventud y Deporte.

El otro secretario de esa comisión, el panista Daniel Ávila, había señalado en entrevista el viernes pasado que el tema avanzaría con rapidez porque había consenso entre las principales bancadas.

La reforma fue turnada y dictaminada este martes por las comisiones del Senado de Juventud y Deporte y de Estudios Legislativos, Primera. De ahí subió al pleno, donde quedó aprobada por 80 votos a favor, cero en contra y cinco abstenciones.

Entre sus principales puntos, el documento contempla establecer penas de hasta cuatro años y medio de cárcel para los aficionados que causen destrozos en recintos deportivos o introduzcan en ellos armas o explosivos, así como crear un padrón donde se registre a las personas que incurran en conductas violentas de manera que las autoridades les impidan ingresar a inmuebles.

Durante la discusión en la Cámara de Diputados, esos temas fueron los que generaron mayor controversia.

Entonces, un tercio de la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), principal fuerza de izquierda, votó en contra o se abstuvo porque consideró que las penas deben incluirse en códigos penales —no en una ley administrativa—, que la creación del padrón es violatoria de derechos humanos y que se ignoraron aspectos relevantes como la regulación de la venta de alcohol en los estadios.

Los senadores del PRD, sin embargo, ya se habían pronunciado a favor de la reforma avalada por la Cámara de Diputados y de que ésta se discutiera de forma urgente.

«(Las medidas aprobadas) serán útiles para fomentar las prácticas deportivas en el país y evitar hechos de violencia como los del 22 de marzo en el estadio Jalisco, de Guadalajara», señaló el líder del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, en un comunicado difundido el viernes.

El hecho al que se refirió el legislador fue el enfrentamiento entre aficionados y policías que se registró durante el llamado clásico tapatío entre Atlas y Chivas, a raíz del cual hubo 31 lesionados y una veintena de detenidos.

La discusión de medidas para combatir la violencia en los estadios había llegado al Congreso desde principios de 2013, cuando directivos del futbol y diputados acordaron trabajar en el tema. El acuerdo se entabló luego de riñas en las gradas de algunos recintos deportivos.

Ahora que la ley fue aprobada por ambas cámaras, únicamente espera que el presidente la promulgue para entrar en vigor.

CNN

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