Agustín Carstens anunció ayer su salida del Banco de México (Banxico) para incorporarse como gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, pidió calma. Aclaró que su renuncia no representa que abandona el barco en tiempos complicados o que su separación se debe a desacuerdos con el gobierno.

Subrayó que debe haber tranquilidad, porque habrá continuidad en la labor del banco central que deja.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Grupo Imagen, Carstens destacó que su designación representa un “reconocimiento inesperado, porque (este cargo) no había recaído nunca en alguien de un país emergente”.

Explicó que su separación del Banco de México no es un riesgo para el país, porque si bien es el gobernador de la institución, él es uno de cinco funcionarios involucrados en la toma de decisiones “y eso debe dar tranquilidad”.

Destacó que antes de dejar el Banxico, sería importante que la inflación se mantuviera en la banda de tolerancia de entre 2 y 4 por ciento.

Aseguró que, “dado que el Banco de México es miembro del BIS, desde mi nueva posición podré seguir sirviendo a nuestro país”.

Previamente, tras su anuncio, Carstens dijo que “todavía voy a estar aquí siete meses y trabajando con toda entrega y con una gran coordinación con la Secretaría de Hacienda”.

La renuncia de Carstens será efectiva en julio y asumirá su cargo en el BIS hasta octubre de 2017, por lo que, aseguró, habrá una transición ordenada en el Banxico.

Excelsior.

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