Un cohete mal lanzado causó el estallido de una casa en Puebla, donde se almacenaba pirotecnia, dejando un saldo de 14 muertos —entre ellos 11 niños— y 22 heridos.

La tragedia ocurrió el lunes por la noche en el poblado de San Isidro, que tiene mil habitantes y carece de un panteón, por lo que el gobierno federal donó un terreno para que los cuerpos sean sepultados.

Esta tragedia se suma a la ocurrida en diciembre pasado, cuando murieron 42 personas en la explosión del mercado de Tultepec, en el Estado de México.

De acuerdo con vecinos de este pueblo de sólo mil habitantes, alrededor de las 21:30 horas del pasado lunes un cohete fue lanzado al cuarto que almacenaba los objetos con pólvora y provocó la explosión que dejó en escombros una vivienda de dos pisos.

El presidente municipal, Valentín Medel, confirmó que un grupo de personas convivía en la casa antes de la explosión y refirió que los servidores públicos del ayuntamiento y la sociedad trabajaron en conjunto para tratar de rescatar a la gente que estaba atrapada entre bloques de cemento.

Ernestina Luna, quien perdió a cinco de sus nietos en este siniestro, abundó que la noche transcurría en calma y que estaban contentos, sobre todo porque había mariachis; sin embargo, la tragedia se dio cuando un cohete fue lanzado hacia la casa, entró por una ventana sin cristales, cayó en el material pirotécnico y provocó el estallido, que se escuchó en las comunidades cercanas.

Delfina Ruiz también está de luto porque fallecieron sus sobrinos, por lo que consideró necesario reflexionar sobre el uso de pirotecnia.

Sobre la explosión, un niño de 10 años aseguró que él fue testigo de los hechos, que no estaba cerca de la vivienda; que el cohetero, un joven de 28 años, había bebido, que no paraba bien los cohetes y que lanzó mal el último, el cual cayó dentro de la casa.

El gobernador de Puebla, José Antonio Gali, llegó a esta comunidad y prometió investigaciones para dar con los responsables de la tragedia.

“No están solos, el gobierno del estado va a apoyar a todas las familias afectadas”, aseguró Gali.

“El uso de cohetes y juegos pirotécnicos es una tradición, pero debemos avanzar con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y Protección Civil para prevenir estas situaciones” y diseñar una cartografía para el manejo de objetos explosivos, añadió.

A la tragedia se suma otro problema: San Isidro no cuenta con panteón para enterrar a los lugareños ni ha gestionado los permisos correspondientes.

Sin embargo, el gobernador aseguró que autoridades federales aprobaron la donación de un predio donde serán enterradas las 14 personas.

Anoche, los pobladores velaron a los muertos de esta tragedia y se espera que hoy sean sepultados.

Javier Lozano Alarcón, jefe de la Oficina de Gali, dijo que el gobierno estatal dispensó la necropsia a las personas fallecidas y también analiza, junto con el ayuntamiento, autorizar un panteón en este lugar.

Con información de Excelsior

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