Tras la muerte del líder cubano Fidel Castro comenzarán a resquebrajarse poco a poco las estructuras de dominación que tuvo la isla por varias décadas, consideró el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, quien deseó que ese proceso sea rápido e indoloro para ese pueblo.

En rueda de prensa en el marco de las actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde mañana presentará su novela “Cinco esquinas”, el autor sostuvo que la muerte de Castro “es como la bolita de nieve que empieza a correr”.

“Como la muerte de José Stalin, como la de todos los grandes dictadores” y puso en duda que el régimen que prevalece en Cuba sobreviva.

Según el Premio Nobel 2010, “no hay nadie que pueda reemplazar a Fidel como el mito, la leyenda, el héroe epónimo en que se convirtió”.

El integrante de la generación del “Boom Latinoamericano”, recordó a Fidel Castro como un mentiroso, una persona que deslumbró a su generación, “un héroe que parecía haber salido de una novela de aventuras, que había luchado contra una dictadura en las montañas, derrotó a la dictadura de Fulgencio Batista, era una fuerza transformadora que parecía profundamente democrática”.

“El Castro de Sierra Maestra y de ciertas declaraciones afirmó que la Revolución sería una Revolución democrática y no comunista. Que no tenía la intención de quedarse en el poder, que habría elecciones libres, que transformarían a los barbudos, que serían un ejemplo de democracia, que habría reformas para justicia social, pero que la libertad estaría siempre presente en Cuba.

“Eso lo creímos; un gran deslumbramiento por la Revolución cubana y no sólo en América Latina, sino en el resto del mundo y todo eso fue mentira”, señaló Vargas Llosa.

Castro, añadió, se dio cuenta que para poder quedarse en el poder, lo mejor era convertir a Cuba en una dictadura comunista, en un país marxista-leninista y es lo que hace con gran oportunismo.

“Desdiciéndose de todo lo que había prometido y eso se va convirtiendo poco a poco en una típica dictadura comunista, con reformas muy radicales, la colectivización que trae un empobrecimiento brutal.

“Que hay algunas reformas positivas, desde luego, los cuarteles convertidos en escuelas, una enseñanza de alcance de todos los ciudadanos, una política de salud de la que Cuba se jactaba, pero todas las reformas económicas fueron un desastre como ha ocurrido en todos los países comunistas, sin ninguna excepción.

“Hoy en día, Cuba es más pobre de lo que era; el producto interno cubano es muy inferior al que era la época de dictadura de Batista. Tenemos una clase privilegiada, que era la nomenclatura, que era una clase minúscula, y que es la tiene unos niveles de vida muy decorosos, mientras el empobrecimiento de la sociedad cubana en general es enorme”, aseguró el otrora político peruano.

El balance tras la muerte de Fidel Castro consiste en que se trató del dictador más longevo de la historia latinoamericana.

“Ninguna dictadura latinoamericana ha llegado a los 57 años que tiene la cubana. Hay por los menos cuatro generaciones de cubanos que sólo conocen la dictadura”, dijo.

Recordó que el efecto de la Revolución Cubana en América Latina fue inmenso, toda vez que la historia de la región en los últimos 50 años, “no hubiera sido la misma sin la revolución, prácticamente en todos sus países se intentó reproducir la experiencia cubana y eso ha tenido un saldo trágico”.

De un primer momento fortaleció las dictaduras militares, que parecían la mejor defensa contra el sueño utópico de reproducir la historia de los barbudos, así que mi impresión es que lo que fue la ilusión de la Revolución Cubana desapareció hace mucho tiempo, salvo en muy pequeños (países); afortunadamente en América Latina la tendencia que prevalece es la de la democracia, con excepción de Venezuela”, concluyó.

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