Donald Trump comienza a trazar una estrategia para una campaña nacional, tratando de reparar sus maltrechas relaciones con la cúpula del Partido Republicano y empezando a recaudar fondos para lo que será una costosísima competencia.

El casi seguro candidato presidencial republicano empezó a tratar de establecer contactos con los jefes de su propio partido, incluso el Comité Nacional Republicano (CNR) y sus acaudalados donantes, a quienes fustigó duramente durante las elecciones primarias.

Además designó a Steven Mnuchin como jefe de finanzas de su campaña, elogiándolo como alguien que «trae una experiencia sin precedente a una operación de recaudación de fondos que beneficiará al Partido Republicano y al final derrotará a Hillary Clinton».

Mnuchin es presidente ejecutivo de Dune Capital Management LLC, una firma de inversión privada y antes había trabajado para el banco Goldman Sachs.

Integrantes del equipo de campaña del magnate se reunirán pronto con el CNR, con el que esperan concertar un acuerdo para recaudar fondos tanto para la campaña presidencial como para la legislativa, dijeron allegados.

«Para poder gobernar de verdad, necesitamos mayorías en ambas cámaras del Congreso. Vamos a trabajar conjuntamente con el partido para recaudar fondos para que las campañas legislativas sean exitosas», dijo Corey Lewandowski, el jefe de campaña de Trump, en una entrevista el jueves por la mañana. «El señor Trump ha accedido a estar presente en actos de campaña a fin de recaudar fondos».

Colaboraremos estrechamente con el CNR», añadió Lewandowski.

Agregó que no se había elaborado un plan para la recaudación de fondos para la campaña presidencial, una iniciativa costosísima incluso para un empresario multimillonario como Trump. El mismo Trump admitió que tendrá que vender algunas propiedades para poder financiar su campaña.

¿Acaso quiero yo vender un par de edificios para poder autofinanciarme? No creo que eso sea lo que quiero», dijo el magnate el miércoles al canal MSNBC.

Sin embargo, en el área de recaudación de fondos, Trump está arrancando con una profunda desventaja.

Durante las primarias, Trump hacía alarde del hecho de que no dependía de donaciones de otros y acusaba a sus rivales de ser susceptibles a presiones políticas de grupos que les daban dinero, pero esta estrategia es ahora un problema, ya que Trump necesita el dinero y lo más probable en que tenga que competir con Hillary Clinton, una experta en recaudación de fondos.

Además de haber hablado mal de los donantes que ahora necesita, Trump nunca armó una red de recaudación de fondos con un equipo financiero que pueda viajar sin demora a distintas partes del país para atraer recursos para la campaña.

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