Por tercer día consecutivo, rescatistas y soldados buscaban sobrevivientes el sábado en una aldea del norte de Japón sepultada por los deslaves provocados por un potente terremoto. La electricidad regresó a la mayoría de las viviendas y el principal aeropuerto de la región de Hokkaido reanudó los vuelos internacionales.

Al menos 30 personas fallecieron y otras nueve seguían desaparecidas, dijo el sábado el gobierno de Hokkaido, la principal isla del extremo norte del país.

Todas las víctimas salvo tres se registraron en Atsuma, donde los deslaves aplastaron y sepultaron las viviendas que estaban a los pies de empinadas colinas boscosas que dominaban sus arrozales.

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