Ava Olsen, una niña de ocho años, fue testigo de un tiroteo en el patio de su escuela, en Townville, Carolina del Sur, durante el cual murió Jacob Hall, su mejor amigo.

Un adolescente empezó a disparar contra todos los alumnos y profesores que se encontraban en el exterior del centro educativo durante doce segundos, hasta que su arma se atascó, pero para entonces tres personas habían recibido impactos de bala.

Una bala alcanzó al maestro de primer grado de Ava en el hombro, y otra golpeó a un compañero de clase en el pie. Una tercera golpeó a Jacob de 6 años.

La pequeña había decidido casarse con él cuando fueran mayores; él era el único niño al que ella había besado y tres días después, murió.

Por los nervios, Ava se arrancaba las pestañas y usaba calcomanías para tapar las palabras “arma”, “fuego”, “sangre” y “muerte” de un libro que tenía.

Desde entonces, la menor tiene un trastorno de estrés postraumático y el médico recomendó a sus padres que fuera educada en casa.

Aunque ella ya no va a la escuela, su hermano menor, Cameron, que también había estado fuera esa tarde, sí.

Así que ella sigue preocupada por él y por los millones de niños que pasan sus días en aulas, cafeterías y patios de recreo.

Conforme al diario The Washington Post, Ava decidió mandar una carta al presidente Donald Trump donde le pide mantener a los niños a salvo de las armas.

Escuché y vi cómo pasó todo y estaba muy asustada. Mi mejor amigo, Jacob, recibió un disparo y murió. Eso me puso muy triste. Lo amaba y me iba a casar con él algún día. Odio las armas. Una arruinó mi vida y se llevó a mi mejor amigo», reza la misiva de la niña.

Poco después, a su casa llegó un sobre color manila el día después de Navidad y en la esquina superior izquierda había tres palabras que sorprendieron a su madre, Mary Olsen: «LA CASA BLANCA».

Estaba dirigido a Ava, pero la madre primero lo abrió y escaneó la carta primero para asegurarse de que el mensaje no incluyera nada que pudiera desencadenar la ansiedad que sufre la pequeña.

Luego, Olsen llamó a su hija y le dio la nota, que, en la parte superior, incluía el sello presidencial.

Querida Ava, gracias por tu carta. Es muy valiente por tu parte compartir tu historia conmigo. La señora Trump y yo lamentamos mucho la pérdida de tu amigo Jacob”, se lee en ella.

Las escuelas son lugares donde los niños aprenden y crecen con sus amigos. Sus aulas deberían estar libres de miedo. Mi objetivo como presidente es asegurarme de que los niños en Estados Unidos crezcan en entornos seguros, dándoles la mejor oportunidad de desarrollar todo su potencial. Continuaré enfocándome en proteger a los estadunidenses y mejorar la seguridad de nuestra nación. La señora Trump y yo te tenemos cerca en nuestros corazones», continuó.

Esperamos que siempre recuerdes que no importa lo que pase, hay muchas personas en tu vida que te quieren, te apoyan y quieren verte cumplir todos tus sueños».

La nota la hizo sentir mejor, al menos por unos días, antes de que comenzara a pensar más sobre eso.

No me dijo cómo podía mantener a los niños seguros«, comentó Ava a su madre.

Entonces, el 8 de enero, se sentó para hacer otra carta en la cual le agradeció la respuesta y sus oraciones.

A veces pienso en ese día y pienso que volverá a suceder», escribió.

Si tiene tiempo, tengo algunas ideas para ayudar a mantener seguros a los niños y las escuelas. Ya que, a veces, las personas que viven un tiroteo en la escuela tienen mejores ideas».

Ava le propuso: trasladar las escuelas a lugares más seguros; crear un lugar donde puedan correr si pasa algo malo; construir escuelas en círculos y poner los patios de recreo en el medio.

Metió la carta en un sobre y su madre la envió por correo; la pequeña sigue esperando respuesta de la Casa Blanca.

 

Con información de Excelsior

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