Existen dos tipos de tatuajes dentales: los provisionales y los permanentes. Los primeros son parecidos a una calcomanía que se pega sobre el diente y se puede despegar en el momento que se desee, por ello no representan daño alguno para la persona que los usa.

Los permanentes no se hacen en el diente, sino que se dibujan sobre una funda o una corona de porcelana que se coloca encima de él; para ello se tiene que tallar el diente y esto hace que pierda su forma. Normalmente este tipo de intervenciones no se realiza a personas con dentadura sana, sino a quienes tienen problemas bucales y han acudido con el odontólogo.

El dentista manda al tatuador el diente que se tiene que reimplantar y éste fabrica un molde de meta que recubre con cerámica, lo talla, lo pule y hace su creación antes de barnizarlo y regresarlo al dentista para que lo coloque al paciente.

Este procedimiento es común en Mumbai, India, sin embargo desde los años 70 el artista Steven Heward, en Utah, Estados Unidos, hace tatuajes de todo tipo de imágenes, desde una nota musical hasta la cara de Mickey Mouse o Abraham Lincoln

Fuente: Revista Muy Interesante edición Noviembre 2015

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