El mercado actual de las rentas de inmuebles es muy fructífero, debido en gran medida a la creciente población joven que busca un lugar para estudiar o para iniciar su vida independiente. Si tienes una propiedad y te has dicho “Quiero rentar mi casa” o “Quiero rentar mi departamento”, hay cosas que debes saber y que nadie más te dice antes de convertirte en arrendador. Aquí te las presentamos.

Debes crear un contrato personalizado y no usar uno genérico

Muchas personas tienen la muy mala costumbre de no celebrar contratos de arrendamiento, confiando demasiado en el inquilino. Desafortunadamente puede suceder que un inquilino mal intencionado aproveche la situación y saque el mayor beneficio a costa del arrendador. Por ejemplo, puede falsificar documentos y hacer que parezca que el arrendador en realidad le vendió la casa para apoderarse de ella. Igualmente puede apelar al mecanismo de Prescripción positiva, donde comprueba con recibos pagados que ha vivido más de 5 años de forma continua y pacífica en la propiedad y ha pagado los impuestos y servicios de esta, con lo cual legalmente tiene el derecho de pasar de poseedor a propietario. Estos y más riesgos puedes tener solo por no elaborar un contrato “porque salen muy caros los trámites” o porque el inquilino “vaya a pensar que no confío en él”. Invertir en legalizar el arrendamiento ayudará a proteger tus derechos y los del inquilino.

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