El Dr. Aldo Amaro Reyes, profesor investigador de tiempo completo adscrito a la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), detalló que la producción de bioetanol que se genera en la Máxima Casa de Estudios de la entidad se da gracias a residuos agroindustriales de la confitería, lo que significa que se usa azúcar sucia que ya no tiene un aprovechamiento para consumo humano.

 

El proyecto se trabaja en la FQ desde finales del 2013 y aunque comenzaron con muestras pequeñas, actualmente el proceso es más estandarizado y cuenta con dos fermentadores de 100 litros cada uno, lo que permite que se produzcan alrededor de  200 litros a la semana de este combustible.

 

El bioetanol se genera a través de fermentación con levaduras, posteriormente se procesa mediante el tratamiento conocido como destilación fraccionada y finalmente se deshidrata con mallas moleculares. Todo este proceso lo realizan alumnos y docentes de la FQ.

 

“Necesitamos competir con el precio de la gasolina que va en aumento, por eso estamos utilizando estos residuos agroindustriales como nuestra materia prima y que sea del menor costo posible; la ventaja es que no aumentará el CO2 en la atmosfera y, por lo tanto, no contaminará”, explicó el Dr. Aldo Amaro Reyes.

 

Este bioetanol prevé de combustible a algunos vehículos de la UAQ y se espera que a largo plazo puedan producir suficiente para todo el parque vehicular de la Universidad y llegar a producirlo de forma comercial. Se han hecho pruebas con un automóvil en la ciudad y no han encontrado mayores problemas en su funcionamiento.

 

En estudios hechos en la Universidad, el bioetanol se ha combinado con combustible en un 15%  sin hacerle ninguna modificación al motor e, incluso, la camioneta asignada a Rectoría, utiliza hasta el 85% de este bioetanol, 10% de gasolina y un 5% de hidrógeno.

 

El docente de la FQ expresó que es difícil que haya una sustitución total de gasolina por bioetanol, pero la idea es que esta alternativa de combustible sea cada vez más común para combinarse con los demás combustibles y evitar mayor contaminación. Hasta ahora, el precio está dos o tres pesos por debajo del costo en comparación con el litro de la gasolina magna, sin embargo se prevé reducir aún más aún más ese precio.

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