Ante el desgaste y la desaparición progresiva y evidente del hñähño u otomí, se deben fomentar el bilingüismo y la interculturalidad en todos los ámbitos de la vida cotidiana, indicó el Dr. Ewald Ferdinand Hekking Sloof, docente investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro, quien recalcó la necesidad de valorar, respetar y reconocer las culturas ancestrales de la entidad y del país.

Indicó que, si bien todas las lenguas cambian, algunas lo hacen de modo muy dramático. Señaló que a nivel mundial, se hablan cerca de siete mil idiomas; sin embargo, al concluir el siglo XXI la mitad de ellos se dejará de usar, y con ésto se perderán conocimientos valiosos para la comprensión de los grupos minoritarios.

Tan sólo en México existen 68 lenguas indígenas, pero únicamente el 14 por ciento de la población total habla alguna de ellas; y de acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, hay 364 variantes dialectales, de las cuales 143 está en peligro de extinción.

Actualmente, el Dr. Hekking Sloof lleva a cabo el “Estudio longitudinal del desplazamiento lingüístico, préstamos y cambios gramaticales en dos variantes”, en el que le da seguimiento a un proyecto que realizó hace 25 años y que consistió en un análisis de la manera en que se habla hñähño en Amealco -en la comunidad de Santiago Mexquititlán- y en Tolimán.

Pormenorizó que en este primer estudio aplicó 125 entrevistas a diferentes sectores de la población, respecto a cuestiones como demografía, aspectos culturales y preguntas abiertas, además de una prueba de traducción del español al hñähño. Derivado de esto, descubrió que había una gran cantidad de préstamos del español, lo que repercutía directamente en cambios gramaticales y de la estructura de la lengua a través de las generaciones.

Ahora, a casi 30 años de dicha iniciativa, ha detectado que los hablantes del hñähño siguen adoptando e introduciendo una gran cantidad de nexos -preposiciones, conjunciones y relativos- provenientes del español -tales como “pa” (de “para”), “ko” (de “con”) y “anke” (de “aunque”), etc.-, los cuales no existen en el otomí, ya que ésta usa originalmente sufijos verbales de acompañamiento.

Asimismo, el Dr. Hekking Sloof ha observado que los niños ya no aprenden el hñähño, sino que crecen siendo monolingües en español; mientras que los monolingües en otomí están desapareciendo poco a poco. Esta pérdida de la lengua se debe a varios factores, entre ellos el desinterés o resistencia de los padres y los maestros de escuela por enseñarlo, ya sea por evitarles situaciones de racismo a sus hijos, en el caso de los primeros, o por ausencia de métodos pedagógicos adecuados, en el segundo.

Por ello, propuso dirigir esfuerzos hacia la interculturalidad, es decir, entender la posición de la persona que habla otra lengua -en este caso, una indígena- pues “una lengua no solamente nos sirve para intercambiar información, sino que también forma parte de la identidad”, resaltó. A su vez, detalló la necesidad de trabajar en la concientización de los hablantes y no hablantes, con el fin de dar facilidades de educación bilingüe, como se hace actualmente desde la Facultad de Filosofía de esta Casa de Estudios.

“Todos los mexicanos deberían aprender una lengua indígena porque tener contacto con el pasado y con los grupos indígenas permitirá entendernos mejor”, subrayó.

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