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En el marco del Día Mundial del Cáncer de Ovario (08 de mayo) la Secretaría de Salud del estado de Querétaro informa sobre las principales características de esta patología.

Este tipo de cáncer presenta un problema de salud pública a nivel mundial, por el incremento en el número de casos nuevos, asimismo se presenta diagnóstico generalmente tardío y con elevada tasa de mortalidad, lo que ha generado en los últimos años un gran interés en la detección oportuna.

En México, en 2018, se registraron 4 mil 759 casos nuevos y 2 mil 765 muertes; es decir, se diagnosticaron 13 casos nuevos por este tipo de cáncer.

Si bien este tipo de neoplasia no es la más frecuente en la mujer, sí es la más mortal, ya que se puede desarrollar en un tiempo menor a 12 meses.

La mayoría de los casos se pueden asociar al cáncer de mama, endometrio y colon. Su pronóstico es malo, porque en las etapas iníciales del tumor no hay síntomas o estos son mínimos e inespecíficos, haciendo muy difícil el diagnóstico clínico. Cuando se diagnostica el tumor, en la mayoría de los casos se encuentra en estadío avanzado.

El tratamiento es quirúrgico, seguido de quimioterapia, y, a pesar de una buena respuesta inicial, la progresión de la enfermedad ocurre en la mayoría de las pacientes, por lo que las recaídas son muy frecuentes.

Los factores de riesgo del cáncer de ovario son: tener entre 18 y 74 años de edad. Haber tenido una menarca temprana, una menopausia tardía, no haber tenido hijos, haber recibido tratamiento para esterilidad sin lograr un embarazo a término, obesidad después de los 18 años, usar o haber usado terapia de reemplazo hormonal por más de cinco años, fumar, tener antecedente de cáncer de mama u ovario.

No existe una prueba de detección precoz del cáncer de ovario, por lo que todas las mujeres deben ser conscientes de los síntomas, los cuales, los más frecuentes son:

 

  • Dolor abdominal o pélvico (abdomen inferior).
  • Aumento del tamaño del abdomen o distensión abdominal persistente.
  • Necesidad de orinar con frecuencia o urgencia.
  • Sensación de llenura después de comer una pequeña cantidad.

 

Otros síntomas adicionales pueden ser: cambios en los hábitos intestinales. Sangrado después de la menopausia o entre periodos. Aumento o pérdida de peso. Lumbalgia (dolor de espalda). Indigestión o náuseas. Cansancio excesivo. Dolor durante las relaciones sexuales.

Si cualquiera de estos síntomas se experimenta en la mayoría de los días, por más de 2 a 4 semanas, es importante acudir al médico para una revisión. El diagnóstico precoz no es sencillo, por lo que es necesario estar atentos a los datos de alarma y acudir al médico de forma oportuna.

 

 

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