En un artículo publicado en la revista Ameghiniana, especializada en la paleontología del hemisferio sur, un equipo de investigadores ha revelado el hallazgo en la Patagonia argentina de un enorme depósito de fósiles.

El enclave, cercano al macizo del Deseado, fue descubierto hace cuatro años. Ahora, los expertos indican que los restos que han aparecido en él, de entre 140 y 160 millones de años de antigüedad, se extienden por un área de 60.000 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una de las zonas fosilíferas más importantes del planeta.

“No existe otro lugar en el mundo que contenga tal cantidad y diversidad de fósiles del Jurásico”, indica el geólogo Juan García Massini, del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica, en Argentina, que coordina la investigación. Estos yacen en la superficie, donde han quedado expuestos recientemente como consecuencia de la erosión. “Puedes contemplar el paisaje tal como se mostraba en el Jurásico, cómo estaban distribuidas las aguas termales, los lagos y cauces, así como las plantas y otras partes del ecosistema”, señala García Massini.

Los fósiles, correspondientes a una gran variedad de organismos, muchos de ellos microscópicos, se formaron muy rápidamente, en ocasiones en menos de un día. Esto ha permitido a los científicos seguir el rastro de primitivos hongos, cianobacterias y hongos cuando estaban vivos. Se encuentran, de hecho, tan bien preservados que, según García Massini y sus colaboradores, cada roca extraída de este yacimiento podría abrir la puerta a un nuevo descubrimiento.

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