Los pacientes que la presentan llegan a experimentar síntomas desde los primeros meses de vida. El diagnóstico se basa en una historia clínica detallada, en donde destacan alergias en padres o hermanos, ya que es un factor de riesgo importante para el desarrollo de la enfermedad; además se revisa la presencia de lesiones en la piel, ojos rojos o tos crónica. Se pueden realizar algunas pruebas de diagnóstico, tanto en sangre como en piel, de acuerdo con cada paciente.

El tratamiento depende de la edad, los síntomas y la gravedad. Evitar los factores desencadenantes, siempre será la primera opción de tratamiento. Asimismo, se pueden utilizar medicamentos locales, vía oral o inyectados indicados mediante atención médica.

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