Un paso más en la regeneración de tejidos. Un equipo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) junto a otros investigadores de Japón y Wisconsin han conseguido cultivar tejido funcional en un grupo de roedores utilizando una técnica con células madre. El estudio ha sido publicado en la revista Nature Medicine.

Las células madre conforman la base de la medicina regenerativa. Esta se produce cuando el tejido del organismo consigue crecer de nuevo después de haber sufrido daños, ya se trate de la piel, el hígado…

La cualidad que tienen las células madre de poder transformarse en células especializadas, lo que llamamos diferenciación, permite la posibilidad de producir los tejidos que necesita el organismo; sin embargo, no todas las células madre son omnipotentes, ya que existen diferentes tipos de células madre con diferentes estrategias de regeneración.

¿Qué tipo de células madre serían las adecuadas para regenerar daños de grave traumatismo?

Experimentos previos habían conseguido un cierto grado de recuperación funcional en ratones tras una lesión de médula espinal, pero hasta ahora, ninguno lo había intentado con axones corticoespinales, que sí necesitamos los seres humanos para llevar a cabo los movimientos voluntarios.

Para el experimento, con el fin de utilizar las neuronas corticoespinales para este fin, los científicos introdujeron células progenitoras neurales multipotentes en las zonas dañadas de las ratas con lesión de la médula espinal. Para su sorpresa, las células desarrolladas sustituyeron el tejido perdido y también provocó la formación de sinapsis funcionales que permitieron a las ratas mover sus extremidades anteriores mucho más de lo que habían sido capaces anteriormente.
Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, “la proyección corticoespinal es el sistema motor más importante en los seres humanos. No se ha regenerado con éxito antes. Ahora, tendremos que utilizar modelos animales más grandes para desarrollar formas de transferir la tecnología a los seres humanos”, expone Mark Tuszynski, líder del estudio.

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