Lo cierto es que diferentes departamentos de policía del mundo ya han impulsado programas que tienen como objetivo anticiparse a los criminales. Entre los pioneros cabe citar a los de Baltimore y Filadelfia, en EE. UU., que cuentan con un conjunto de herramientas informáticas que registran los modus operandi, la frecuencia delictiva y las zonas de actuación de los presos que han sido condenados por asesinato. El software pone en relación todos los datos e intenta predecir con suficiente antelación la probabilidad de que estos delincuentes vuelvan a actuar y el lugar más factible donde lo harían.

En Londres, también ha sido puesto a prueba un programa de similares características que analiza el historial delictivo y los mensajes que publica una persona en las redes sociales. Por su parte, la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. trabaja desde hace unos años con el programa FAST, siglas de Future Attribute Screening Technologies, que tiene en cuenta diferentes señales biológicas que suelen darse en personas que planean cometer un crimen, entre ellas el ritmo cardiaco acelerado y los cambios en el tono de voz.

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