Los adultos jóvenes que muestran actitudes hostiles y agresivas y que tienen dificultad para lidiar con el estrés diario, pueden experimentar problemas de memoria en la edad adulta, según el último estudio llevado a cabo por científicos de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda (EE.UU.) y que recoge la revista Neurology.

Existen evidencias de que una actitud hostil, por ejemplo, puede disminuir el umbral de activación de la respuesta al estrés. Ahora, esta investigación profundiza en ello, afirmando que también podría tener un impacto en la función cognitiva y en los perfiles de riesgo vascular asociados al deterioro cognitivo.

Los investigadores examinaron una muestra de 3.126 personas en dos etapas diferentes de su vida: primero a los 25 años y, posteriormente, a los 50. En ambos momentos, los voluntarios respondieron un cuestionario acerca de su personalidad, actitud, capacidad para gestionar el estrés, y llevaron a cabo unas pruebas sobre sus capacidades cognitivas y de memoria.

Los datos acerca de su personalidad se utilizaron para medir los niveles de hostilidad de los participantes, ya que las preguntas fueron diseñadas para evaluar la desconfianza, herramientas para controlar el estrés, el comportamiento agresivo o los sentimientos negativos asociados a las relaciones sociales. Así, los voluntarios fueron divididos en cuatro grupos de mayor a menor nivel de hostilidad, según los resultados del cuestionario.

El análisis de las pruebas cognitivas cuando los voluntarios contaban con una media de 50 años de edad, demostró que las personas con los niveles más altos de agresividad y hostilidad fueron las que peor calificación obtuvieron en todos los tests, comparado con sus resultados previos cuando tenían 25 años.

“No podemos pensar que nuestros rasgos de personalidad tienen alguna relación directa con lo bien que pensamos o recordamos las cosas, pero sí encontramos que el efecto de tener una actitud hostil y pobres habilidades para afrontarse al estrés, eran similares al efecto de más de una década de envejecimiento”, explica Lenore J. Launer, líder del estudio.

Según la experta, estos resultados no prueban que las actitudes hostiles causen un deterioro de la memoria y el pensamiento, pero sí indican una asociación.

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