Cuando el sol se ocultaba eran las diosas, la encarnación del deseo en la Ciudad de México. Eran los años 70, la era de las desnudistas, una época donde el cine nacional se dedicó a casi una sola temática: Las vedettes. Toda una época de cabarets que queda plasmada en el documental Bellas de Noche, de María José Cuevas.

El pecado con diminutas prendas y harta lentejuela y plumas era el uniforme para las jornadas nocturnas de shows para caballeros «de amplio criterio», a cargo de famosas y curvilíneas féminas como Lyn May, Wanda Seux, Olga Breeskin, Rossy Mendoza y La Princesa Yamal, hoy protagonistas de la cinta, que este lunes se presentó y rememora sus años de gloria.

Cuarenta años después, las exóticas estrellas de la noche reaparecen para la cinta, sin evitar el inexorable paso del tiempo, para contar sus historias.

Como la de Breeskin, quien vive en Las Vegas, Nevada, desde 1990, y en la cinta confiesa sus adicciones y recaídas hasta que encontró la salvación como misionera cristiana.

Excelsior.

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