Por ahora la familia desea pasar su duelo a solas con los restos mortales de Juan Gabriel y por ello su destino actual es incierto, tras salir ayer en un vuelo privado de Los Ángeles, California, hacia algún lugar que no necesariamente sería México.

Así lo reveló su representante y amiga Silvia Urquidi, en entrevista telefónica con Adela Micha en «Imagen Informativa Primera Emisión», de Grupo Imagen Multimedia, quien precisó que sus hijos le dijeron «que querían estar a solas con el cuerpo de su padre».

«El cuerpo sí salió de Los Ángeles, pero no salió hacia la Ciudad de México… La familia quiere estar a solas con él, ellos son los que van a tomar la decisión», comentó.

Urquidi destacó que Alberto Aguilera Valadez -nombre real del cantautor fallecido a los 66 años de un ataque al corazón, el pasado domingo en su residencia en Santa Mónica, California- pidió que «su funeral no fuera un circo».

Mientras tanto tres ciudadades mexicanas «se lo están peleando Ciudad Juárez, Parácuaro, en Michoacán (donde nació) y la Ciudad de México».

«Lo único que me dijeron (su familia) es que querían estar solos, que les diéramos tiempo», precisó.

Además reveló poseer un mensaje que Juan Gabriel le entregó para que se lo hiciera llegar al presidente de México, Enrique Peña Nieto.

«Es un correo que me lo dio hace como un año, para que yo se la entregara al Presidente, y tomé una decisión de no hacerlo… Ya habíamos vivido él yo lo del 2000 (cuando interpretó un «jingle» de apoyo al candidato priista al Ejecutivo, Francisco Labastida Ochoa y contra sus adversarios en las urnas Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD y Vicente Fox, del PAN), por lo que decidí no hacerlo. La daré a conocer públicamente, ya no a la persona que quería, pues iba dirigida al Partido (Revolucionario Institucional)», explicó Urquidi.

Recordó que hace ocho días tuvo comunicación con «El Divo de Juárez» y físicamente lo vio por última vez en Cancún,

«Ya cuando venía aquí, a México, viajaba días antes por la altura, todo era a nivel del mar, pues tenía un mal congénito (del corazón)», concluyó.

Excelsior.

Compartir