Más de 115 millones de animales no humanos son usados en los laboratorios alrededor de todo el mundo, de acuerdo con Lush Prize, organización que premia a las iniciativas científicas y campañas que trabajan para eliminar o reemplazar la experimentación animal, especialmente en el área de investigación toxicológica.

Perros, gatos, ratones, atas, peces, hámsteres, conejillos de India, changos y aves son asesinados en el mundo diariamente.

Según la organización PETA (People For The Ethical Treatment Of Animals) afirma que antes que los animales estén muertos, algunos son forzados a inhalar gases tóxicos, otros son inmovilizados en dispositivos de retención durante horas, a algunos otros se les perforan sus cráneos y otros más se les quema su piel o se les aplasta su médula espinal.

Además, del tormento que significa que experimenten con ellos, los animales de laboratorios son privados de todo lo que es natural e importante para ellos.

Están confinados en jaulas, socialmente aislados y psicológicamente traumatizados.

Los animales pensantes y sensibles que se utilizan en los experimentos se tratan como nada más que un equipo de laboratorio desechable.

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