Han pasado 12 años desde que se dio la final Necaxa-América y, a pesar del tiempo transcurrido, se mantiene encendida esa polémica en la que se asegura que se trató de un juego arreglado por haberse enfrentado dos clubes que pertenecían entonces a la misma empresa. Las Águilas acumulaban 13 años sin campeonatos y, en el Verano 2002, ante su hermano, acabaron con la sequía con una remontada que se concretó con un gol de oro de Hugo Norberto Castillo.

Desde entonces, exjugadores del América han tenido que sortear las dudas generadas, aunque lo han hecho acompañados de argumentos que les han servido para diluir la crítica. Recuerdan que los Rayos vendieron cara la derrota, que Adolfo Ríos acabó como una de las figuras al detener un tiro de Carlos Gutiérrez que pudo ser un gol de oro y que todos los elementos rojiblancos dejaron la piel en el campo. También lo han hecho con la certidumbre de que desde su trinchera no notaron nada raro.

“Estábamos al margen de esas situaciones, era algo que tenía que ver con los medios de comunicación, aunque no eran todos, sólo algunos. Nos concentramos, pensamos que era un bonito desafío que no iba a ser fácil como ocurrió. Después de ir perdiendo el primer partido y dar la vuelta en el segundo fue un desafío y un mérito muy grande, así que únicamente nos concentramos en esa final maravillosa que nos dio la oportunidad de devolverle el lugar que se merece el América no sólo en México, sino también a nivel sudamericano”, recordó Iván Zamorano, quien estuvo de visita en Coapa aunque ahora en su faceta de comentarista.

Otro de los participantes en aquel juego, Christian Patiño, rememoró lo turbio que fue el entorno por todas esas dudas que se generaron en torno a la final. Se puso en duda la dignidad de ambos planteles, cuando no había motivo para hacerlo, desde su perspectiva.

“No recuerdo que me regalaran algo, que me dijeran ‘pásale por aquí, te dejo entrar y mete gol’. La gente del Necaxa quería ganar, ser campeona. Era gente con orgullo y con dignidad deportiva. Dentro de la cancha lo que más importa es el orgullo deportivo y decir; No quiero perder contra el de enfrente”, comentó el delantero, autor del primer gol de la remontada.

Patiño incluso recordó una anécdota que le caló, apenas ganó el Necaxa 2-0 en la ida. Tras realizarse las pruebas antidoping, se cruzó con un Justino Compeán eufórico que se veía ya campeón por la victoria en la ida, acompañado de algunos jugadores. Escuchó comentarios fuertes, vio sonrisas y lo compartió con sus compañeros, lo que generó un deseo de revancha que se concretó con el título.

Niegan ser los favoritos
La diferencia entre las nóminas del América y Necaxa no debe de ser tomada como referencia de cara a la semifinal, consideró Ricardo Peláez, presidente deportivo del conjunto de Coapa.

“La gente puede decir que somos favoritos, pero para mí no hay, llegamos en las mismas circunstancias. Cerrar de locales es una ventaja por el empate, pero los partidos hay que jugarlos y ganarlos. Tenemos un profundo respeto por el rival”, comentó el directivo, quien reconoció el cariño que le tiene al club de Aguascalientes.

Al margen, comentó que era imposible evitar una final el 25 de diciembre, si es que logra avanzar a ella, por lo complicado de los calendarios del mundo, no sólo de México.

Excelsior.

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