El delantero Ismael Sosa no ha firmado con Tigres porque demanda el pago de un adeudo por cerca de un millón de dólares al Club Universidad, además de la cantidad correspondiente a su traspaso, que elevaría la cifra hasta cerca del millón y medio de billetes verdes.

Al firmar una extensión de contrato por tres años el año pasado, Sosa había conseguido algunos beneficios económicos que, según dice, no ha recibido. Si estampa su firma con Tigres se dará por sentado que renuncia a ellos.

Además, Sosa, que fue una de las transferencias más caras en el draft (por un aproximado de nueve millones de dólares junto a Silvio Romero), pide que se le dé la cantidad correspondiente de su traspaso a Tigres.

El jugador pretende que se le asegure la retribución y la única forma que encontró para meter presión a Pumas es no cerrar su incorporación al club regiomontano.

En Pumas ya han existido casos en que algunos jugadores no han recibido la parte que les corresponde por ser vendidos (como lo denunciaron en su momento Pablo Barrera e Israel Castro), por lo que el argentino no se desvinculará hasta tener la certeza.

En su cuenta de Twitter incluso el Chuco retiró la carta que había posteado en la que se despedía de la afición puma. También mantiene en su descripción que es futbolista del club de la UNAM.

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