El físico, matemático y escritor francés, Blaise Pascal, dijo una vez: “La grandeza del hombre es grande por el hecho de saberse infortunado”.

José Guadalupe Cruz aceptó la propuesta para dirigir a un Dorados de Sinaloa moribundo, empujado por la situación en que vive inmerso el futbol mexicano, donde hasta la Jornada 13 del Clausura 2016, diez de los 18 entrenadores de la Primera División son foráneos, lo que era aún peor al inicio de campaña, ya que el campeonato arrancó con 12 técnicos extranjeros, mientras que en el torneo anterior, seis entrenadores venidos de fuera entraron a la Liguilla, por sólo dos mexicanos.

El ‘Profe’ José Guadalupe Cruz no tuvo empacho en reconocer que su reto más grande fue asumir las riendas del ‘Gran Pez’ en febrero de este año, justo por la complejidad que ello encerraba y porque quería demostrar de qué madera está hecho el mexicano. Él, en particular.

“En el torneo pasado había una gran cantidad de entrenadores de fuera y dije: ‘¿Pero por qué a los mexicanos no nos consideran? ¿Porque no tenemos el ojo claro, porque no tenemos el pelo largo, porque no hablamos con otro acento?’. Si uno voltea a ver las estadísticas de los campeonatos y quiénes han conseguido los más recientes en Copa y en Liga, pues, somos en su mayoría mexicanos”.

Afirmó que sabía del riesgo que corría al llegar a Dorados, pero insistió que encontró en ello “una oportunidad de revaluarme, y dije: ‘Tengo todo por ganar y todo por ganar, y sigo creyendo lo mismo. Lo voy a intentar hasta el final y voy a seguir buscándolo hasta lograrlo. Los retos son así, la adversidad es el mejor de los maestros para crecer y fortalecerte en la vida”.

“Yo creo que he recibido de Dios una gran bendición”, manifestó, tras lograr rescatar 11 puntos en nueve juegos, de los cuales obtuvo siete en sus últimos tres cotejos.

Reconoció que mucha gente le ha cuestionado por qué se atrevió a dirigir a este equipo, no obstante que puede presumir tres títulos en su trayectoria como timonel: una de Liga y otro de Concacaf con Atlante, así como también uno de Copa con Puebla: “Lo que pasa es que vi una oportunidad muy grande de demostrarme a mí mismo que tengo la capacidad y los conocimientos para ser un entrenador exitoso y que tengo la necesidad todos los días de demostrarle al medio futbolístico nacional que los mexicanos somos buenos en cualquier área de trabajo”.

Pese a que parece tener perdida la batalla por el no descenso, expuso: “Fue un reto muy personal y hoy un reencuentro conmigo mismo, que me reposiciona y me revalora ante el medio futbolístico nacional. Ahora me revaloro a mí mismo y esto no podía ser posible sin la ayuda incondicional y fundamental de los jugadores”.

Explicó que sus jugadores aceptaron de inmediato su forma de trabajo y su estilo de juego, por lo cual los pequeños avances: “no sólo son mérito de los que juegan, sino también de aquellos que no he podido llevar a una concentración o darles unos minutos”.

Señaló que al jugador no se le convence sólo con palabras, “sino también con una propuesta futbolística atractiva, bonita, agradable y efectiva, y yo pienso que en este momento Dorados juega bien al futbol. Eso es lo que tiene contenta a nuestra gente y a nuestros jugadores”.

El ‘Profe’ se ha preguntado por qué el anterior técnico, el colombiano Luis Fernando Suárez, no funcionó, no obstante que venía de ser doblemente mundialista (con Ecuador y Honduras).

“He escuchado con tristeza y con asombro que al señor Suárez el grupo no lo quería. Yo digo que cómo se atreve alguien a decir algo así, que debes estar dentro de la casa para saber si había un ‘cochinero’, o no. Yo pregunté, cuando llegué, qué era lo que trabajaban con él, porque si es un técnico mundialista, pues yo quiero aprender algo, quiero sumar algo más a mis pocos conocimientos y bueno, lo que me dicen es que sí tenían una manera de trabajar muy diferente a la nuestra, pero que su mejor virtud es que son, no buenos, sino extraordinarios seres humanos”.

José Guadalupe Cruz evidenció su enojo porque se le quiere crear una imagen negativa y llamó ‘chismes de lavadero’ al hecho de que se diga que ha tenido problemas con algunos de sus jugadores. Calificó de ‘mala leche’ estos comentarios.

“Me están haciendo una imagen que no es, puedes hablar con el plantel para ver si me he peleado con alguien”, enfatizó.

En este tenor, aclaró su bronca con el portero Jorge Villalpando en un partido de Copa Libertadores, donde este se molestó porque lo sacó de la cancha. Aseguró que “yo no agredí ni insulté”, y que al día siguiente aclaró las cosas con su entonces pupilo: “Lloramos en el aeropuerto de Colombia, quedamos como extraordinarios amigos y al día de hoy es una de las mejores relaciones de amistad que tengo”.

Explicó también que con Santiago Solari, cuando dirigía al Atlante, el argentino se molestó porque “le exigí sobre una jugada de un pressing y me insultó”. También dijo que aquel supuesto conflicto con Luis Ernesto Michel, en un juego ante los Tuzos, no fue lo que pareció, pues el jugador le comentó que no podía seguir porque tenía ‘contracturada’ la pierna y sentía que se le rompía: ‘No apareció para el segundo tiempo y la gente dijo: ‘se peleó, lo sacó, lo exhibió porque le metieron dos goles’, lo cual fue mentira”.

Con los sentimientos a flor de piel, afirmó: “Soy un tipo de provincia; gracias a mis padres y a Dios, tengo muy buenos valores. Soy un tipo muy humilde, sencillo. Nunca tuve un Rolex ni lo tendré, no me importa. No tengo un Ferrari, eso no me hace ni más ni menos que nadie. Puedo ganar más o menos que muchos colegas, tampoco me hace menos o mejor persona. Lo que sí es que me he reservado muchas cosas, porque justo cuando me inventan cosas que no son ciertas, no es grato”.

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