El Leicester City consiguió lo que parecía imposible: se coronó campeón de la Liga Premier inglesa después de empezar la temporada con todas las apuestas en contra y tras una campaña increíble en que demostraron que en el futbol nada está escrito y que los equipos modestos, los que no son poderosos, también pueden triunfar.

Los Spurs necesitaban ganar al Chelsea para mantener el suspenso al menos unos días más y parecían tenerlo todo controlado al descanso, al que llegaron con dos goles de ventaja anotados por Harry Kane y el sudcoreano Heung-Min Son, pero al final empataron y perdieron la oportunidad de pelear por el título.

En 2012 desenterraron los huesos de Ricardo III, el último Rey de Inglaterra, caído en 1845 en uno de los últimos episodios de la Guerra de las Dos Rosas, que llevó a la dinastía Tudor al poder. Fue el 22 de marzo de 2015 cuando lo exhumaron y a los seguidores del Leicester City les ha dado por decir, entre bromas, que todo empezó con Ricardo III.

El Leicester City era colista de la Premier, a siete puntos de la salvación. En las nueve jornadas que quedaban, los Foxes ganaron siete partidos y 22 puntos de 27 posibles, más que ningún otro equipo.

Riyad Mahrez y Jamie Vardy fueron clave en la salvación, y el delantero inglés fue convocado por primera vez a la selección.

La ciudad ha visto inundadas sus calles de aficionados Foxes que, junto al río Soar, cantan loas para su equipo y sus héroes.

Estas tierras, caracterizadas por ser el asentamiento de la mayor línea férrea, están muy cerca de Londres y de la autopista que la conecta con Leeds. La mayoría de sus habitantes son migrantes del Asia meridional. Hoy celebran el título de la Premier.

Eden Hazard, astro belga del Chelsea que consiguió el 2-2 ante los Spurs, hizo estallar la casa de Vardy, pues los futbolistas del Leicester se juntaron para ver el Chelsea vs. Tottenham y festejaron ese gol de los blues con todo el corazón.

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