Yuriria SierraYuriria-Sierra

El absurdo dentro de lo inaudito, dentro de lo terrible. Cuántas historias de bullying hemos leído, escuchado o conocido. Seguramente, por el calor de estas noticias, en las sobremesas han aparecido otras más. Algunas más terribles que otras. Abundan los cuestionamientos sobre el origen y los llamados al debate sobre las sanciones y castigos que la ley debería contemplar para los responsables en casos en que las consecuencias son trágicas. Demasiados puntos a discutir sobre el tema, pero de entre todos los nuevos casos que van apareciendo está uno que raya en lo absurdo: ¿Una escuela discriminada por su nombre?

Ocurrió en Chihuahua, en Ciudad Juárez. Una escuela fue víctima de bullying porque desde su apertura le denominaron “Escuela Primaria Elba Esther Gordillo”. Tanto alumnos de otras escuelas, como empresas privadas y organizaciones civiles, han hecho mofa y han negado ayuda o algún tipo de participación hacia la escuela o los estudiantes merecedores de apoyos económicos. Las autoridades educativas han tenido que cambiarle el nombre.

Pero de ese absurdo —porque lo es— llegamos a las historias que desde hace unas semanas se han vuelto recurrentes. Hechos que en otros tiempos tal vez pensamos que eran aislados, pero que hoy han obligado, por su regularidad, a que se tomen acciones, incluso a nivel federal.

En Oaxaca, un menor de nombre Jonathan, de apenas 12 años, fue agredido por un compañero, lo que le ocasionó traumatismo testicular. Se encuentra en un hospital de la capital del estado, lo reportan delicado.

En el estado de Winsconsin, en Estados Unidos, también dos menores de 12 años están acusadas de homicidio premeditado, después de que apuñalaron 19 veces a otra niña de la misma edad. Dijeron que un personaje llamado Slender Man les pidió que la mataran, por lo que lo planearon por varios meses. Dijeron también que todo fue para convertirse en “apoderadas”, es decir, acólitas, del personaje. Y es que, por supuesto, el bullying no es un problema exclusivo de nuestro país.

Aunque sí, aquí, en México, las autoridades educativas han comenzado a armar un plan de acción para hacer frente a este fenómeno: se anunció una inversión de 166 millones de pesos para reducir el acoso escolar en el país. Esto fue dado a conocer por Roberto Campa, subsecretario de Prevención del Delito y Participación Ciudadana. Esperan realizar cerca de 547 proyectos que en total englobarían cerca de 13 mil 647 acciones, entre ellas una encuesta que será levantada por el INEGI. Algo muy necesario, pues los datos que se arrojan al respecto no son del todo claros. Este ha sido un tema que ha cobrado relevancia por lo trágico y recurrente de su presencia, pero muchos de los casos se quedan atrapados en el silencio de las víctimas por miedo a empeorar la gravedad de las agresiones.

Tristemente, más bullying. Aunque también se comienzan a armar proyectos para combatirlo. Proyectos que deberán apresurar el paso para que los resultados lleguen antes de que se den más trágicos casos como los que hemos conocido en las últimas semanas.

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