Yuriria-SierraLa paradoja de un país que cada año ve incrementado su índice de obesidad y que lucha también para acabar con la desnutrición infantil. En la última Encuesta Nacional de Salud, (2012), el índice de obesidad infantil se incrementó 1.1% al año, con respecto a la encuesta anterior realizada en 2006.   También esos números dicen que en nuestro país al menos 1.8 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica. 13.6% del total de la población de este rango de edad, según los números de Un kilo de ayuda, a cargo de José Ignacio Ávalos. Ahí la paradoja: por un lado, algunos niños del país consumen alimentos altos en grasas y azúcares, pero también hay niños que no ingieren lo mínimo necesario para un día. El problema está en los hábitos alimenticios y, claro, en la condición social de muchos de ellos.

Desde hace años, en nuestro país se han realizado campañas y programas sociales para disminuir estos índices. Apenas hace un par de meses, Unicef hacía un llamado a nuestro país para que corrigiera sus programas en otro de los varios temas al respecto de la alimentación y la salud de la niñez: la lactancia. Según los números que maneja este brazo de las Naciones Unidas, nuestro país está en el ranking de los 20 que menos la practican, y justo es uno de las grandes etapas —la ciencia lo dice— que una madre puede compartir con su hijo, por la cantidad de nutrientes y anticuerpos que se transmiten. Es casi un súper alimento para un recién nacido.

Según números de Un kilo de ayuda, al interior de nuestro país esta práctica está en números rojos. La prevalencia más presente es Aguascalientes, con apenas 1.3%; la más alta Oaxaca, con 34.7%. La misma Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, reveló que  la práctica de la lactancia en nuestro país se redujo, pasó de 22.3% a 14.5% en zonas como el Distrito Federal.

La Secretaría de Salud del DF dio a conocer hace un par de días la campaña “No le des la espalda, dale pecho…”, que incluye una polémica y desafortunada campaña gráfica, que busca hacer de la lactancia  una práctica que acompañe a los recién nacidos hasta los seis meses de edad mínimo. Esto, además de los dos bancos de leche que se construirán (con valor de 400 mil pesos cada uno) y de espacios adecuados en varios puntos para esta práctica, llena también de incontables tabúes y prejuicios,  responsables de igual forma de su baja prevalencia.

Y aunque la justificación de la campaña es buena, lo cierto es que el final y la presentación fueron bastante desafortunados. El material gráfico que se dio a conocer, en el que participan actrices y una deportista, incluso cuenta con typos que no entendemos cómo fue autorizado así para su impresión. Alguien deberá responder por ello. Y ésa, la cereza del pastel, porque tan sólo la imagen resultó tan “equivocada”, que una de las actrices que participó en ella de inmediato se deslindó y pidió que su fotografía fuera removida. Que tal vez todo sea cuestión de percepción, y algún sustento deba tener para que, a pesar de la polémica, vaya y pase… pero que al menos la hagan bien, para que el mensaje no se desvirtúe o queda reducido a un mega fail

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