Sergio-SarmientoEs una de esas noticias que generan terror. Tras la detención de Manuel Plancarte, supuesto sobrino de Enrique Plancarte de los Caballeros Templarios, se anunció que la Procuraduría de Michoacán y la PGR estarían investigando una presunta red de secuestradores de menores de edad a quienes se les sacrificaría para extraerles órganos para su venta.

Según Carlos Hugo Castellanos, secretario de Seguridad Pública de Michoacán, “estamos coordinados con la delegación de la PGR y en conjunto se hizo todo este trabajo de investigación… No es un delito fácil de esclarecer. Nos lleva a viajar al tiempo mínimo a dos o tres años atrás y tenemos que recopilar una serie de investigaciones y averiguaciones previas para entrelazar todas las investigaciones que se puedan de ahí derivar… Hay señalamientos de la red de complicidades de diversos presuntos responsables que participaban en ubicar a ciertas personas con ciertas características, dando preferencia a menores de edad…. [Después de privarlas de la libertad procedían a] trasladarlos a casas que eran rentadas previamente, en donde existía un equipo y médicos para extraer sus órganos y propiamente venderlos”.

José Manuel Mireles, quien se dice médico y es uno de los líderes de las autodefensas, ha señalado que las autoridades tardaron mucho en reaccionar porque los comunitarios ya sabían que los Templarios se dedicaban al tráfico de órganos. Ayer le pregunté si conocía algún caso en particular y me dijo que había sabido de un camión cargado de niños rescatados vivos pero en un vehículo lleno de sangre.

Me imagino que incluso yo, un escéptico empedernido, me habría aterrorizado al imaginar este satánico tráfico. Si el miedo no me invadió es que recordaba una entrevista hace algunos años con el doctor Arturo Dib Kuri, director general del Centro Nacional de Trasplantes, quien me aseguró que este tipo de tráfico de órganos son un “mito urbano”. Las historias de operaciones en mesas de comedor en que se extraen órganos con cuchillos de cocina para trasladarlos en hieleras al lugar del trasplante final son increíbles para un especialista en la materia.

Es tan complejo médicamente un trasplante, desde la identificación del donador, la extirpación, la preservación, el traslado y la inserción de los órganos, todo bajo una enorme presión de tiempo, que Dib Kuri considera estas historias imposibles. Como yo no sabía qué tanto ha avanzado la tecnología, y al no poder localizar ayer al doctor Dib Kuri, conversé con el doctor Baltazar Martínez Navarrete, jefe del servicio de trasplantes del Centro Médico Nacional 20 de noviembre del ISSSTE. Él me aseguró también que este tipo de operaciones son cuando menos improbables. Las instalaciones, equipos y preparación de los médicos son de un nivel tan alto que es muy difícil que se estén dando estas operaciones.

Imagino el esfuerzo que tendrán que hacer los investigadores para comprobarle el delito a Manuel Plancarte. Sin duda será necesario “viajar al tiempo mínimo a dos o tres años atrás” y “recopilar una serie de investigaciones y averiguaciones previas para entrelazar todas las investigaciones que se puedan de ahí derivar”. Quizá la investigación requerirá de un pequeño milagro. Dib Kuri me decía que, a pesar de todas las anécdotas, nunca se ha documentado un caso de secuestro para tráfico de órganos.

A Manuel Placarte, por lo pronto, se le detuvo en Tarímbaro, Michoacán, en posesión de un corazón, pero el suyo, al igual que córneas, hígado y riñones propios. Tenía además un vehículo con reporte de robo, dinero en efectivo y droga sintética de la conocida como “cristal”. Sin duda habrá que hacer un enorme esfuerzo de investigación para acusarlo con estas pruebas de tráfico de órganos.

Desempleo y pensión
La Cámara de Diputados aprobó ayer el seguro de desempleo y la pensión universal. Para algunos es un triunfo de la justicia social. Para otros, el inicio de un nuevo programa de compra de votos.
Twitter: @sergiosarmient4

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