Aca y el abierto.

Sergio-SarmientoACAPULCO.- Las malas noticias no han afectado al puerto de Acapulco.

El Abierto Mexicano de Tenis está teniendo lugar con estadios llenos y participantes de alto nivel.

Nadie se preocupa por las inundaciones del año pasado ni por las noticias de violencia.

Si alguien se comunica con uno no es para expresar preocupación, sino para manifestar envidia.

La magia de Acapulco no se ha perdido.

No hay duda de que Acapulco es una ciudad con problemas en un estado con mayores dificultades todavía. Su principal reto es la violencia.

El INEGI coloca a Guerrero como la entidad con mayor número de homicidios en el país, 77 por cada 100 mil habitantes en 2012, empatada con Chihuahua.

La tasa de secuestros es la segunda mayor de México, con 5.87 por cada 100 mil habitantes en 2013 según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional Seguridad Pública, sólo detrás de Morelos que tiene 8.

El semanario Zeta de Tijuana señalaba el año pasado que Acapulco había sido la ciudad con mayor número de homicidios dolosos en el inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto, con 625 entre el 1o de diciembre de 2012 y el 31 de julio de 2013, seguido del Distrito Federal con 521 y Tijuana con 389.

La consultoría Stratford de los Estados Unidos ha dado a conocer un informe que advierte a los spring breakers sobre la posibilidad de enfrentar violencia en México y recalca que Acapulco es la ciudad con mayor número de homicidios en el país.

En su última advertencia de viaje, emitida el 9 de enero de este 2014, el Departamento de Estado pide a los visitantes a Acapulco que “ejerzan precaución y se mantengan dentro de las zonas turísticas”.

De hecho, aconseja no aventurarse más allá de dos cuadras de la Costera Miguel Alemán.

Al personal del Gobierno de los Estados Unidos, por otra parte, no se le permite salir de la zona hotelera.

Ni las estadísticas mexicanas de violencia ni las advertencias del Gobierno de los Estados Unidos parecen afectar el flujo de turistas.

El Abierto Mexicano de Tenis se ha convertido en un imán para el turismo de alto nivel. Algunos vienen a ver un tenis de gran calidad.

El español David Ferrer y el británico Andy Murray son las dos grandes atracciones de un torneo que está estrenando cancha dura después de 20 años de emplear pistas de arcilla y que ha elevado así la calidad promedio de sus jugadores.

Otros más acuden simplemente a uno de los eventos sociales más importantes del año.

Al mismo tiempo que el torneo se siguen llevando a cabo reuniones empresariales en Acapulco.

En unas semanas más se realizará la Convención Nacional Bancaria.

Durante la pasada temporada navideña la ocupación hotelera fue virtualmente de 100 por ciento. No se espera nada diferente para la Semana Santa. Quizá Acapulco ya no está de moda, pero nadie se ha molestado en decírselo a los visitantes.

Acapulco no es ya, por supuesto, el plácido puerto del Pacífico que Miguel Alemán Valdés puso de moda en los cincuenta.

En 1950 todo el municipio de Acapulco tenía 55,862 habitantes.

Para 2010 esta cifra había crecido a 789,971, con 673,479 concentrados en la cabecera, Acapulco de Juárez.

El puerto ha sido el imán de desarrollo de todo un estado y se ha poblado con oleadas de personas que han buscado aquí un empleo y una vida más digna de la que puede proporcionar el árido y quebrantado campo guerrerense.

Acapulco es un microcosmos de nuestro país, con problemas profundos y ventajas enormes. Este sábado por la noche, cuando se juegue la final del Abierto en un estadio repleto, se verá lo mejor del puerto.

Y a pesar de las malas noticias, no me cabe duda que en 2015 el Abierto Mexicano será nuevamente un éxito.

MORALISMO
Decenas de centros de table dance han tenido que cerrar sus puertas en el Distrito Federal ante una campaña moralista del gobierno.

Bajo la excusa de combatir la trata, las autoridades capitalinas castigan la prostitución y el baile erótico. Cientos de inocentes han sido detenidos.

Y miles más están perdiendo sus empleos.

Twitter: @SergioSarmiento

Compartir