El caos postmoderno 3era parte

Mauricio Rebolledo

Estimados Amigos,  a continuación seguiré  con la tercera entrega del Caos Postmoderno sin hacer notar que eventos importantes han ocurrido en estos días y se los comentaré en las semanas por venir en un seguimiento de este caldero hirviente que es el planeta.

En la primera columna de esta serie les hablé sobre los matices de la experiencia humana y su globalización  a partir de la tecnología. El mundo es ya una absoluta caja de resonancia para cada uno de sus rincones. Bueno pues todo ello tiene causas y efectos diversos que se relacionan con el estado de desarrollo de cada región y con la velocidad con que la modernidad y la postmodernidad llegan a cada una de ellas. El mundo es vasto y diverso pero cada día se hace mucho más chiquito y eso se debe a que todos nos estamos aprendiendo, todos somos «roomies» en este planeta azul. Los problemas se comparten y la verdad es que ya no se puede jugar solo, porque entonces se está perdido. Los enormes problemas y desafíos que enfrentamos superan las capacidades de cualquier gobierno y de cualquier sociedad, es por ello que todos debemos trabajar en conjunto para superarlos y las soluciones deben ser un producto del trabajo en equipo.

A la ocurrencia de esta hermosa utopía del trabajo en equipo (es la solución, que ocurra,… es otra cosa), se interponen algunos problemas… muchos países tienen problemas añejos con otros, algunos ya bien muertos pero que apestan y no les dejan pensar en otra cosa (el odio entre chinos y japoneses por una guerra que acabó hace mucho tiempo), y bueno juegan un papel socio-político en la toma de decisiones electoreras que a su vez tienen un impacto en el desempeño político y administrativo real de un país. Por ejemplo de izquierda a derecha se gritan hurras en América Latina cada vez que un presidente «le pinta el dedo» a los gringos. Esa es una maniobra de popularidad política para esconder la propia incompetencia.

Estos fenómenos los vemos en todo el mundo, pero en unas zonas más que en otras y siempre son las más ignorantes. Una educación pobre evita que una sociedad llegue a la modernidad (optimista primero porque se asciende) y luego a la postmodernidad (pesimista porque después del auge viene el estancamiento).

Las sociedades postmodernas se estancan o desaceleran su desarrollo porque ya han alcanzado en buena medida la mayor parte de su potencial y su población es suficientemente madura para no experimentar demasiado… es como la buena o mala costumbre de la edad adulta: hay estabilidad, según…

Bueno como prometí, haremos un pequeño paseo por las regiones, sociedades y países que valga la pena mencionar en el escenario internacional.

Comenzando por las postmodernas, están Europa y América del Norte (con algunas excepciones, entre ellas México, hablaré de ello al final de esta serie) que han alcanzado sus clímax económicos y políticos dentro de la geografía y la historia. Primero Europa que vino de la barbarie y a la que le tomó mucho, muchísimo tiempo volverse una sociedad moderna y en poco tiempo muy postmoderna, que va… es el prototipo perfecto de la postmodernidad. Se trata de ciudadanos altamente cultos y preparados, nacidos y criados en la multiculturalidad y la aceptación de lo que es diferente, la noción de lo socialmente aceptado es obsoleta, es la era de la libertad absoluta del individuo y ello crea un problema a la vez que una expectativa, los ciudadanos europeos tienen todo lo necesario para explotar todo su potencial personal, pero esa oportunidad se ve un poco abollada por la pérdida de identidad nacional y tiene que ver con la caída del Estado Nación, los europeos nos ven como cavernícolas cuando en América celebramos fervientemente la bandera o el himno nacional,en efecto, tiene que ver con la historia pero también con el desarrollo. No sugiero que la identidad nacional sea necesaria sino todo lo contrario, pero en el desmantelamiento del Estado Nacional en Europa se dan lagunas y vacíos de poder y de gestión administrativa que han afectado seriamente a la prosperidad. Es el caos postmoderno: porque ya no hay orden establecido, no hay estabilidad, se ha desafiado todo y aún no se consolida la nueva sociedad regional, en este caso Europa no como nación, sino como una comunidad de sociedades libres. Hay resistencias, desde la época de Hitler, los ultranacionalistas y xenófobos nunca habían estado tan activos y no habían alcanzado los éxitos que hoy obtienen en muchos países. A la vez observamos movimientos independentistas sólidos como Escocia, Cataluña, entre otros.
Aunque aún hay esperanza: el pasado 18 de septiembre ganó el NO a la independencia en Escocia, lo que da aire a Europa para seguir avanzando en su accidentado proceso. Si el SÍ hubiera ganado, probablemente habría significado el fracaso político de Europa, lo único que les queda tras el caos económico que viven.

Europa tendrá que profundizar su proceso de integración si quiere sobrevivir a la irrelevancia de la historia en el siglo XXI; alguna vez representaron, junto a Estados Unidos los beneficiarios de más del 60% del comercio mundial, hoy es menos del 5%. No son sociedades en decadencia, son Estados en decadencia.

Y bueno por temor de hacer esto muy extenso para hoy, -seguro tienen algo más que hacer-, les pediré que me acompañen en una última columna de la serie. Les hablaré de Asia, América, África y Medio Oriente. Oceanía se las puedo dejar muy simple para que estén actualizados: los relevantes, Australia y Nueva Zelanda son sociedades postmodernas pero con la excepción de que son las únicas en el planeta que no viven depresión, ni social, ni económica, ni política, son postmodernos felices y prósperos, probablemente el santo grial del desarrollo.

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