Blanca Pérez Buenrostro. “Simplemente Mujer”

En esta ocasión quiero compartir contigo un libro que llegó a mis manos. Agradezco a Gaby Pérez Buenrostro por compartirlo con mi familia. Es la biografía de Blanca Pérez Buenrostro ¿Te suena el nombre? A quienes transitamos por la vida política de nuestro Estado, este nombre nos es familiar. Para muchos y muchas de las que vivimos en #Corregidora, también nos es familiar. Un libro peculiar, por su contenido, por su mirada, por la forma en la que se narran las vivencias de una mujer; es un libro que dice lo que en su momento prefirió omitirse, es un libro que contiene el reflejo de la mujer, de muchas mujeres, de “nosotras las mujeres” porque en más de una de sus páginas nos vemos reflejadas. Un libro que no puede evitar llevar ese color que identificó a Blanca Pérez Buenrostro hasta el final, mismo que resalta en cada uno de sus relatos; un libro que nos muestra lo que una mujer, esposa, madre, hija, hermana, amiga, política, y funcionaria vivió a lo largo de su caminar por este mundo. Por ello, dedico esta columna a realizar algunos comentarios sobre ese camino y me permito transcribir algunos párrafos de su contenido.   Pues más que una cuestión de partidos políticos, más que una serie de intereses políticos, hay algo que nos une: ser mujeres.

Titulado “Simplemente Mujer” en su portada y contra portada se visualizan imágenes de Blanca Pérez Buenrostro, tratando de mostrar a sus lectores y lectoras su vida a través de las imágenes, algunas difuminadas, otras muy visibles que permiten enfocar y dirigir nuestra mirada a esos momentos que quedan estáticos en una imagen, pero que están llenos de contenido. En 184 páginas encontramos pasajes de una mujer que nació en el municipio de #Corregidora, que tuvo una vida implicada en el ámbito político. Médica de profesión y política por decisión; renuente a aceptar el estereotipo de “mujer” que le fuera conferido por haber nacido tal. Desafiante, inquieta, tenaz, guerrera, consejera, idealista, caprichosa, impositiva, retadora, autoritaria, decisiva; nos muestra diferentes miradas, desde aquella que describe ternura ante el nacimiento de un hijo, hasta la mirada firme y decisiva al dirigir el rumbo de un municipio como #Corregidora.

Mujer, profesionista, madre, política, hija, esposa, hermana; mujer llena de sueños y anhelos, amante de su origen, de sus raíces; los últimos años de su existencia fueron complicados, principalmente por un deterioro importante en su salud, en la recta final no pierde la fe “Llevo una semana hospitalizada debido a múltiples complicaciones… A pesar de haber tenido algunas recaídas, nunca había tenido la imperiosa necesidad, como hoy, de responder a mis incertidumbres existenciales. El pronóstico es complicado… soy una guerrera, fui participe de muchas batallas en mi vida, pero ésta quizá, la más importante, por consecuencia, estoy en pie de lucha…” (Pérez Buenrostro Blanca. Simplemente Mujer. Eder León Jaramillo. p. 12).

“Simplemente Mujer” encierra encuentros y desencuentros, penas y glorias, alegrías y sin sabores; que desde el punto de vista femenino deja plasmadas. No es sencillo verter miles de experiencias y vivencias en unas cuantas páginas, sin embargo, deja su legado, su historia. Comienza por describir emociones, sensaciones, olores, colores de su vida familiar, del amor a sus hijos, del amor de mujer, del amor a sus padres y hermanas/os; es difícil poder abstraerse de todos esos contextos cuando se es mujer, pues aunque la vida pública y la política fueron una constante, para “nosotras las mujeres” nos es difícil escapar a todos los contextos “privados”, pues culturalmente lo tenemos tan aprendido, que sería por ahora, imposible concebirnos sin ellos.

Respecto a su vida pública existen una serie de vericuetos que la llevan a “obedecer” a pesar de sus planes y proyectos; a verse discriminada por ser mujer, a dejar ir sus sueños de corto plazo por decisiones patriarcales. Me llama mucho la atención cómo titula a la parte en la que comienza a hablar de su vida política, siendo éste “Mandar Obedeciendo” en él, plasma y cuestiona “el poder” realizando una seria crítica a todos aquellos hombres que “buscan el poder por el poder” sin importar a quién tengan que dejar atrás o si están cumpliendo con servir a la patria y a sus habitantes. “…El poder es como un velo sutil que acaricia la mano de los individuos… Creer que se merece pleitesía por el simple hecho de pertenecer a una supuesta clase distinta… Quedó en el olvido el significado de servir y de democracia que tanto se menciona en los discursos. Suenan rimbombantes las palabras en los mítines… es una pantomima ensayada con ahínco, aprendida a lo largo de una carrera política interminable. Algunos son tan buenos actores que terminan absorbidos por el personaje. Esto sucede cuando la devoción a una causa impura se torna derrotero, ejemplos habré visto muchos. Son personas limitadas que hallaron en el desenvolvimiento de su personaje politiquero una razón de existir. Sin embargo, ahí, en medio de ese mundo me introduje ¡Yo, una mujer dentro de un espacio por excelencia masculino! Ahora me pregunto por qué y para qué”. (p.84). Su incursión en la vida política dio inicio a los 25 años, ocupó el cargo de Regidora, es de llamar la atención cuando manifiesta el trato que le fue dado, no tanto por ser joven sino por ser mujer, señalando esta condición de su sexo como equivalente a “inexperta e incapaz”. En su narrativa, hace patente su impotencia al no poder lograr brindar el apoyo que las personas del Municipio le solicitaban, a pesar de conocer ciertos discursos de “la clase política (hombres)” que puntualizaban destinar cierta parte del presupuesto para resolver problemáticas del campo, sin que se llevaran a cabo. Enfatiza “Ser mujer en el ámbito político me hacía su blanco predilecto. Tenía mucho que aprender si quería seguir en este camino.” (p. 95)

En 1988 ocupó el interinato de la Presidencia Municipal de Corregidora, fue la primera mujer en dicho cargo, y al tener todas las condiciones y experiencia para poder competir para ocupar el cargo en el proceso inmediato, fue relegada, siendo su principal obstáculo ser mujer. “Exiliada políticamente por una decisión discriminatoria de mis copartidarios” (p. 39).

La capacidad es una de las principales herramientas que tenemos “nosotras las mujeres” pero al entrar en el vaivén político, son “los hombres” los que ponen las reglas. A Blanca Pérez Buenrostro le fue ofrecida una “beca” para encubrir el acto de discriminación, utilizando el argumento (nada nuevo) “…con la finalidad, según ellos, de seguir preparándome. En otras palabras, me ofrecieron un destierro diplomático… ¿Qué debía hacer?… Tomar decisiones que sabes afectarán el futuro no es cosa fácil. Pero después de tanta represión y discriminación comprendía que la tolerancia y la tenacidad son caras de la misma moneda”. (p. 97).

Para 1997 regresó y logró ser Presidenta Municipal de Corregidora, para el periodo 1997-2000.

¿Cuántas mujeres políticas (y fuera de este ámbito) viven a diario estos episodios de discriminación? Muchas. No importa el partido político. No importa el color. A pesar de que han pasado ya 27 años desde ese suceso que señala la autora, siguen generándose actos discriminatorios. Este proceso electoral que se acerca será mucho más que evidente. ¿A cuántas mujeres se les ofrecerá una “beca” o peor aún, se les eliminará en automático de una posibilidad real de contender? ¿Cuántas veces más se repetirá esta historia? ¿Hasta qué punto los “políticos” continuarán decidiendo el futuro de “las políticas”? ¿Por cuánto tiempo más seremos utilizadas? Hoy en el 2014 y próximos a un proceso electoral (donde además tenemos reformas electorales que exigen garantizar la paridad –igualdad de oportunidades para hombres y mujeres- a acceder a candidaturas); ¿cuáles serán los escenarios? ¿serán las mujeres quienes decidan sus “espacios”, o serán los hombres quienes los determinen?

En pocas semanas sabremos la respuesta a estas interrogantes, sabremos si las decisiones se dan a través del consenso o sólo son tomadas por cierto grupo. Veremos si es considerada la trayectoria y el trabajo o son sólo decisiones cupulares.

“Nunca dejes de prepararte profesionalmente, nunca dejes de trabajar al doble de los demás, nunca pierdas de vista que tu trabajo es para el beneficio de la sociedad y si haces un trabajo bueno y honesto, estás ampliando el camino para que más mujeres valiosas puedan aportar sus capacidades a la colectividad” Blanca Eugenia Pérez Buenrostro.

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