Emma Watson, actriz británica que fue nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU (hace sólo seis meses) lanzó una campaña titulada “HerForShe” misma que ha generado en todo el mundo una revolución de pensamientos y cuestionamientos sobre un tema que para propios y extraños genera “ruido” EL FEMINISMO. Un término que contiene su propia historia, un concepto demasiado ambiguo y en muchas de las ocasiones mal entendido por hombres y mujeres.  Un término que ella misma define en su discurso como: “… feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política, económica y social de la igualdad de sexos”

La actriz y modelo, realiza una reflexión sobre lo que ha vivido (a sus 24 años de edad), respecto a los estereotipos  de género; además menciona cómo  los “roles de género” en muchas de las ocasiones no nos permiten realizar acciones que quisiéramos, por no corresponderle a nuestro sexo. Emma fue una  mujer que rompió los esquemas y no permitió que estos decidieran su futuro.

Muchas de nosotras y nosotros nos hemos cuestionado sobre estos “estereotipos” y “roles de género” que sin quererlo han incidido en nuestra vida diaria, en nuestro comportamiento y hasta en nuestra forma de relacionarnos.  Sin embargo, a lo largo de nuestra vida, los cuestionamientos se agolpan, y llegamos a preguntarnos ¿por qué?, una pregunta nada sencilla de responder, porque  implica una serie de cambios y transformaciones, implica un compromiso de vida, implica un rompimiento de paradigmas para dar origen a nuevos modelos de pensamiento y de educación.

Pero no es sencillo; por lo que, preferimos evadir nuestros cuestionamientos para no entrar en un proceso de cambio ya que implica una conciencia, implica un compromiso y un reto. Sin embargo, te invito a re plantear el problema, a ver las áreas de oportunidad y de mejora social, a buscar modelos alternativos que permitan que nuestros hijos e hijas crezcan en igualdad, que hombres y mujeres tengamos la misma oportunidad de decisión, un sueldo igual, un cargo político igual, un crecimiento profesional igual, una responsabilidad del trabajo doméstico igual. 

Cuántas veces yo, desde mi pequeño o gran entorno, desde mi lugar de incidencia he seguido estas ideas que solo estigmatizan e invisibilizan cada vez más a “nosotras las mujeres”, cuántas veces he sido yo quien ha violentado o juzgado a mujeres y hombres, más aún cuántas veces he sido corresponsable de una decisión desigual, de no brindar oportunidades, de no abrir espacios para más mujeres.

Hoy Emma Watson, en pleno siglo XXI retoma el pensamiento feminista, mismo que tiene su origen teórico en la Ilustración (siglo XVIII), donde se vindica la individualidad, la autonomía de los sujetos y sus derechos. Donde las “ilustradas” reivindicarían la inclusión de las mujeres en los principios universalistas de la Ilustración ya que la mujer había quedado fuera; todo un proceso de pensamiento teórico y filosófico que arropa el pensamiento feminista y lo consolida a través de mujeres (Siglo XV – XVIII) como la italiana Christine de Pizan, la inglesa Mary Wollstonecraft, la francesa Olympe de Gouges, quien es la autora de la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana” (1791); entre otras.

El feminismo ha transitado durante todos estos siglos hasta hoy, en donde una chica de 24 años realiza un llamado a hombres y mujeres a pugnar por la igualdad, donde no sólo es una cuestión de “ser mujer” también lo es de “ser hombre” ya que los esquemas predeterminados por las instituciones y el estado nos han encasillado a algo que no necesariamente debemos ser. Hoy  aún queda mucho por hacer, pues tenemos que deconstruir nuestros conceptos, nuestros pensamientos, ya que aún tenemos pensamientos, que obstaculizan ese crecimiento y desarrollo de las mujeres; como lo vemos en los siguientes datos:

– La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS) del año 2006 señalan que el 48% de las personas de las zonas urbanas declaran que no está bien que una mujer con hijos pequeños trabaje fuera de casa; mismo que se incrementa a un 63% de las personas que viven en zonas rurales.

– De acuerdo a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señalan que:

  • El 82.2% de las niñas ayudan en los quehaceres domésticos.
  • Sólo el 11.8% de los niños ayudan en los quehaceres domésticos
  • El 50.1% de los niños de primaria dicen que los hombres deben mandar en su casa.
  • Mientras que el 37.7% de las niñas señalan que los hombres deben mandar en casa.

– En el ámbito laboral, en la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2002) encontramos que el 84.8% delas mujeres dedican más tiempo al trabajo doméstico (no reconocido y no pagado)

Tan sólo unos datos, tan sólo unas cifras, el rezago y la brecha de género continúa. Es indispensable pugnar por una educación familiar con equidad, donde exista una promoción de nuevos modelos, en el que padre, madre y/o ambos eduquemos con el ejemplo; donde brindemos igualdad de oportunidades a nuestros hijos e hijas, donde seamos equitativos; además de coadyuvar en los trabajos domésticos de acuerdo a la edad de cada uno de los y las integrantes.

El movimiento “HeForShe” es un movimiento solidario para la igualdad de género, en la que se enfatiza que no sólo es un asunto de mujeres, sino un tema de derechos humanos. Página en la cual nos comprometemos a emprender acciones contra las formas de violencia y discriminación que enfrentamos mujeres y niñas. El link en el cual puedes unirte a este movimiento es http://www.heforshe.org/es/#take-action

Las preguntas que al final de su discurso Emma Watson lanza son ineludibles, “Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo?

Con tu voluntad, con tu decisión, con tu incidencia desde el ámbito familiar, social, económico, laboral; lograremos que las cosas sucedan. Hagamos el compromiso. Sumemos esfuerzos.

“Nosotras, que durante tanto tiempo hemos contemplado esa ilustración en los libros, o que, desde una ventana con visillos, hemos visto cómo los hombres con educación salían de su casa hacia las nueve y media de la mañana para ir a sus asuntos, y regresaban a su casa hacia las seis y media, procedentes de sus asuntos, ya no estamos obligadas a mirar pasivamente. También nosotras podemos salir de casa, podemos subir esos peldaños, entrar y salir por esas puertas…”

Virginia Woolf, Tres guineas, 1938. 

Berenice López

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