Coco y la pronunciación del dolor

Ajena a la crítica de cine y a las fobias hollywoodenses, quiero dejar constancia de mi felicidad como espectadora ante Coco, la película.

Porque su música retrata nuestras fiestas y esa compulsión al despilfarro como sinónimo de compartir.

Porque hace planetaria a Frida con sus excesos incluidos.

Porque es una interpretación contemporánea de un ritual muy mexicano, al margen de sus diversas apropiaciones y las dudas de su origen.

Porque reconforta el alma esa idea de que los muertos mueren sólo cuando se les olvida.

Porque recrea la celebración de los difuntos que regresan al mundo de los vivos para regodearse en sus vicios y antojos.

Porque se hace cargo del matriarcado persistente en la construcción de las biografías familiares.

http://www.excelsior.com.mx/funcion/2017/11/02/1198846

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