Después del acercamiento diplomático entre Estados Unidos y Cuba, los equipos de Hollywood se han volcado a la isla para rodar en sus calles derruidas y construcciones coloniales, mientras la industria cinematográfica local vive una crisis.

Durante medio siglo y debido al embargo estadunidense, Hollywood tuvo que buscar otras locaciones para recrear el encanto de Cuba.

El Padrino 2, de Francis Ford Coppola, y La Habana, de Sydney Pollack, se rodaron parcialmente en República Dominicana, mientras que las escenas en La Habana de cintas de James Bond como Goldeneye y Die Another Day se rodaron en Cádiz, España.

Tras obtener en enero permiso para filmar en Cuba, varios equipos de Hollywood llegaron a La Habana, en un fenómeno al que se le ha denominado “Habanawood”.

La serie House of Lies, de la cadena de TV Showtime, con Don Cheadle, fue la primera en beneficiarse del levantamiento parcial del embargo vigente desde 1962.

Grandes producciones han seguido su ejemplo: la próxima entrega de la saga Rápido y Furioso (Fast and Furious) y Transformers también fueron filmadas en Cuba.

“Estamos en un lugar que nadie hubiera creído posible. Estamos en La Habana, Cuba. Y se puede ver lo hermoso que es, con toda esta gente maravillosa”, dijo Vin Diesel, protagonista de la saga automovísitica, en un mensaje divulgado en video.

En un país donde el salario promedio es de casi 20 dólares por mes, unos 250 cubanos fueron contratados localmente para Rápido y Furioso, con un pago de 30 dólares al día, según la revista independiente OnCuba.

La televisión no se ha quedado fuera: el presentador Conan O’Brien y figuras del show The Kardashians también han descubierto recientemente Cuba.

Desde hace poco los 11 millones de habitantes de la isla han tenido acceso teórico al servicio de la plataforma de streaming Netflix, pero otras disposiciones del embargo impiden a los cubanos pagar por ese servicio.

Sin embargo, los isleños no son ajenos a la gran producción cinematográfica estadunidense. Durante el último medio siglo copias piratas han sido proyectadas en la televisión y cines estatales sin derecho a reclamación… gracias al embargo.

Esta fiebre por Cuba, por ahora, no deja beneficios visibles a la industria del cine local, afectada por la crisis económica y por la falta de una ley de cine, solicitada al gobierno desde hace tres años por los realizadores cubanos.

El Instituto de Cine Cubano (ICAIC) dijo que el dinero ganado por servicios a las compañías cinematográficas de EU será empleado en desarrollar la industria nacional, pero la gente se pregunta ¿cómo? y ¿a cuánto asciende?

Las productoras independientes cubanas, toleradas pero no legalizadas aún, logran muy poco apoyo estatal y sufren demoras, censuras o negativas en sus peticiones de trabajo.

“Todos saben lo que ganan Chanel y Hollywood al escoger La Habana, la ciudad detenida en el tiempo, con su destruida belleza; la capital prohibida donde se mezclan el art decó y la Guerra Fría. La pregunta es ¿qué ganamos nosotros?”, planteó el periodista Sergio Alejandro Gómez en su blog Medium, haciendose eco del sentir popular.

Claudia Calviño, de 33 años y productora ejecutiva de la productora independiente Quinta Avenida, que financió la comedia de zombis Juan de los muertos, celebró la pasión repentina de Hollywood por Cuba, pero lamentó que estas “megaproducciones tengan acceso a servicios y oportunidades que tan a menudo se les ha negado a las producciones nacionales, especialmente las películas independientes”.

Calviño recordó que al solicitar permisos para rentar algunos vehículos del parque del ICAIC para un filme del director turco Fatih Akin, le fueron negados, pues las líneas editoriales del filme “no representaban a Cuba de la mejor manera”.

Melaza, de Carlos Lechuga, sobre una pequeña población azucarera caída en el olvido, se proyectó en el Festival de Cine Latinoamericano de La Habana en 2012 y ganó el premio de los críticos. A la película le tomó casi un año obtener autorización para ser exhibida y sólo se pudo proyectar en una sala.

Alguna vez mascarón del cine latinoamericano, la cinematografía cubana ha caído en crisis por falta de recursos y de una política encaminada a su desarrollo en las condiciones actuales, señaló Lechuga. “Ahora parece más fácil que se filme Batman vs. Superman 2 en La Habana a que un joven cineasta cubano haga su ópera prima con un apoyo total y transparente”, dijo.

Con apoyo independiente

El cine cubano ha recibido apoyo desde EU, pero no de los grandes estudios de Hollywood, sino del cine independiente.

Durante el Festival de Cine de La Habana en diciembre, una delegación del Instituto de Cine de Sundance envió a directores, guionistas y actores, incluido el actor Ethan Hawke, para realizar talleres de guiones, producción, montaje y grabación de sonido.

El Instituto fundado por el actor y productor Robert Redford, cuyo apoyo a los realizadores cubanos se remonta a la década de 1980, tiene previsto hacer en julio una exhibición para familiarizar al público cubano con filmes estadunidenses y cubanas independientes.

“El deshielo diplomático entre Cuba y Estados Unidos es una oportunidad única para el Instituto para regresar a Cuba en un momento cultural y políticamente crucial”, dijo Paul Federbush, director de esa exhibición.

Excelsior.

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