Ante las vociferantes quejas por la falta de gasolina y diesel, conviene cuestionarnos si es racional nuestra dependencia indiscriminada de combustible y el uso que hacemos del automóvil. El desabasto de gasolina es una oportunidad importante para revisar el modelo de movilidad de nuestra ciudad. Van algunos datos: • De cada litro consumido, entre el 90 y el 98% se usa para mover el automóvil propiamente, y apenas entre del 2 al 10% a la persona que lo conduce. • La falta de vialidades es ocasionada por el desperdicio de espacio: mientras que una persona utiliza apenas 1m2 de de espacio para sus desplazamientos, un automóvil ocupa entre 22 y 120 m2 /km pasajero, dependiendo de su velocidad. • La primera causa de muerte en jóvenes de 5 a 29 años de edad está relacionada con la imprudencia al conducir vehículos de motor. • México ocupa el séptimo lugar mundial en siniestros viales (2017) Esta semana, la gente ha usado de manera menos intensiva el automóvil, dando beneficios evidentes a la colectividad: la congestión vehicular se ha reducido y es posible circular mejor; la calidad del aire ha mejorado sustancialmente respecto de los días previos; al haber menos automóviles en las calles, las y los usuarios vulnerables (niñas y niños, peatones, ciclistas, personas adultas mayores) corren menos riesgos de sufrir siniestros viales al realizar sus traslados. Los habitantes de Querétaro se están dando cuenta de sus distancias recorridas y, en muchos casos, se percatan que es posible realizar algunos viajes a pie o en bicicleta. Ha habido un incremento en el uso de ésta última, hecho visible en las calles y en la falta de unidades disponibles en las estaciones de “QroBICI”. Al mismo tiempo, el ahorro obligado repercute favorablemente en el bolsillo y salud de los usuarios; al hacer uso del cuerpo para sus traslados mejora el ritmo cardiaco y frecuencia respiratoria, combatiendo así sedentarismo y obesidad. Esta coyuntura también da la oportunidad de valorar la importancia que tiene el transporte colectivo en la movilidad de la ciudad. Actualmente, se tienen muchas carencias; pero si se subsanan, representarán una alternativa posible en el mediano plazo, con muchos beneficios asociados: aire menos contaminado, más ejercicio, mejor calidad de vida y por ende mejor salud. Con respecto precios de los combustibles, deseamos que el gobierno federal rectifique en el futuro la promesa de campaña y evite que los precios de los mismos disminuyan y así, se incremente el uso del automóvil. Los recursos liberados, podrían aprovecharse para impulsar la movilidad sostenible, tanto caminata urbana como ciclismo, así como para el transporte público colectivo y unirse a la tendencia mundial que busca disminuir la dependencia del auto particular.

Compartir